lunes, 25 de julio de 2011

Peratallada

La población de Peratallada se encuentra justamente en el punto de contacto de la zona de colinas de las Gavarres y las tierras de la llanura bajoempordanesa, a la izquierda de la Riera Grossa El pueblo, que fue declarado conjunto histórico-artístico en el año 1975, es uno de los núcleos más importantes de Cataluña referente a arquitectura medieval. De un extraordinario atractivo y belleza, conserva su antiguo aspecto feudal, con calles estrechas y tortuosas, con numerosos entrantes y salientes. Destaca el castillo fortificado con su torre del Homenaje y el palacio (S. XI-XIV), las murallas (S.XII-XIII), y la iglesia de Sant Esteve (románica de principios del siglo XIII). Destaca también el gran foso que rodea la población, excavado a la roca viva. La población está asentada toda ella sobre la roca de gres.


Peratallada ha sabido conservar su carácter rural, manteniendo con fidelidad sus orígenes arquitectónicos y urbanos. Se puede decir que no se ha expandido más allá del perímetro de las murallas. La población conserva todavía la distribución urbana medieval. Des de la plaza mayor, con sus singulares porches, hasta la trama de estrechas callejuelas, donde se puede descubrir un interesante conjunto de arquitectura popular. Sobre los muros más antiguos, se mantienen todavía viviendas características de los siglos XVI y XVII. La vivienda tradicional de Peratallada suele tener los bajos recubiertos con arcos de piedra, destinados a almacenes y bodegas, mientras la planta superior se dedica a habitáculo. Puede haber todavía otro piso como desván o granero y a menudo un patio o amplia era detrás.

Peratallada fue una de las poblaciones catalanas mejor fortificadas. El sistema defensivo estaba formado por tres recintos de muralla. El recinto principal tenía el castillo en el centro, y los otros dos eran de grandes avanzadas o barbacanas hacia el norte y levante. Las tres murallas, con altos lienzos y torres, eran protegidas por profundas valles excavadas a la roca. Este foso, de cronología ignorada y discutible, alcanza en algunos puntos donde hoy es visible, una profundidad de 7 a 8 metros. Los sectores actualmente menos maltratados de las murallas se pueden ver al norte y al noroeste. Pertenecen en los fragmentos más  grandes, al recinto septentrional y, en parte, al recinto principal que rodea el castillo-palacio.  En el extremo norte de la población hay un extenso lienzo paralelo a la carretera, con altos muros y torres rectangulares, en el cual se abre el Portal de la Virgen, el único bien conservado de las murallas. Para entrar es necesario pasar por un puente sobre los valles, que en algún lugar, de una gran espectacularidad, es donde mejor se conserva.

 

 

 

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