El diario El Mundo Deportivo impulsó la creación de una plaza dedicada a los deportistas más famosos de todos los tiempos, que incluyera también los ganadores de las medallas de oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. En el primer caso tuvo la idea de que los elegidos pusieran su huella en cemento y copiaran el modelo del Teatro Chino de Hollywood pensado para los artistas del cine.
El espacio elegido se encuentra en los jardines de la Villa Olímpica, delante de la calle de Salvador Espriu. Los deportistas que figuran son diez: Alfredo Di Stefano, Garry Kasparov, Eddy Merckx, Carl Lewis, Magic Johnson, Sergey Bubka, Ladislao Kubala, Pelé, Johann Cruyff y Miguel Indurain. En el patio de al lado hay 257 placas correspondientes a los ganadores de las medallas de oro de Barcelona. El espacio, que fue inaugurado el 25 de septiembre de 1992 por el alcalde Pasqual Maragall, fue financiado por Vichy Catalán, Font d'Or y Mosaicos Escofet, empresa que había tenido su sede en el barrio de Icària, donde ahora está la Villa Olímpica.
La plaza de los Campeones da origen al Parque de Nova Icària. Esta se trata de una una plataforma elevada., obra del taller MBM (Martorell, Bohigas, Mackay), fue inaugurada en septiembre de 1992, es decir, justo cuando los fastos y fuegos fatuos de la Olimpiada habían concluido. Casi como inevitable y estratégica necesidad de legar a la ciudadanía un colofón espacial para uso y disfrute vecinal, teñido conjuntamente de toques entre lo pseudoartístico y lo nostálgico, se concibe y ejecuta esta singular y extraña intervención, pues más tiene de simple "recordatorio" de tópicos condicionados que de meritoria y libre obra de un espíritu creativo.
Plaza recogida, junto a la invisibilidad propia de la no presencia, responde, cuando se la encuentra detrás de la maleza y muros que la esconden, con una serie de respuestas de manual, casi impropias de las mentes preclaras que la concibieron: Organizada en partir de un espacio rectangular (75 x 30 metros refieren fichas técnicas) dividido en tres ámbitos (de los cuales el central es el mayor) bien diferenciados por su diferente altimetría (al mismo nivel que la calle el central, más altos los de los extremos ), la plaza parece emular o seguir en lo metafórico la solución espacial o volumétrica de un podio olímpico invertido. Así, el punto más alto de tal artefacto de uso deportivo, el destinado a los ganadores, pasa a estar aquí, a ras de tierra, el lugar destinado a la ubicación de una extensa serie de placas de bronce (hasta 257 entre las relativas a atletas olímpicos y paralímpicos), perfectamente alineadas y ordenadas, que contienen la prolija relación de ganadores del oro olímpico barcelonés en sus muy diversas modalidades.
La distribución, a la manera de Carl Andre, de dichas placas se realiza a lo largo de un suelo recorrido longitudinalmente por unas líneas que pronto recuerdan a las que dibujan los carriles de un estadio de atletismo. El conjunto resulta una casi hilarante mezcla de un siniestro "memorial" americano dedicado a los caídos junto con los ingredientes mediterráneos de lo que, parece escultura minimalista, arte conceptual y demás estratagemas semánticas. Los escalones más bajos, que aquí son los mencionados espacios elevados de los extremos, se ocupan con contenidos tan originales, por un lado, como un "miniboulevard hollywoodiense" plagado de Bronzino impresiones de las manos de los grandes astros que el firmamento deportivo son o han sido, por otra, con una réplica "escultórica" de un podio verdadero que preside un auténtico páramo: seguramente el espacio metafórico del modesto cementerio en el que dar urbanístico reposo en la cohorte de los siempre necesarios "farolillos rojos", penúltimos y antepenúltimos que también en el deporte son y han sido.
Plaça dels campions
Parc de la Nova Icària
C/ Savador Espriu amb C/ Arquitecte Sert
08005 Barcelona